Un poco de mi historia personal
y como surge Facu Feels

Facu Feels Usina Vieja

En el año 2012, tras celebrar mi décimo cumpleaños nos mudamos en familia, a la encantadora ciudad de Rio Colorado, ubicada al noreste de la Provincia de Rio Negro. Allí, completé mi educación primaria y también la secundaria, la cual realicé en el Instituto Martinez Zuviría más conocido como Escuela de Comercio o ESCOM. El primer año en este establecimiento fue muy movilizador en todos los sentidos, pero lo más destacado sin duda fue una decisión que cambiaría todo para mí: decidí que quería bailar.

Esta elección llegó de manera inesperada, cuando un compañero de clase, bromeando, me dijo: «Facu, vos tendrías que bailar». No sé por qué, pero esas palabras se arraigaron en mi mente como si fueran una extensión de mi propio cuerpo. Sin haber contemplado nunca antes esa idea, ni haber presenciado actuaciones ni tener amigos o familiares relacionados con la danza, ni haber visto una academia de baile en la ciudad porque no habían, no lo dudé: «yo sería bailarín». Siempre recordaré la reacción perpleja de mis padres cuando les conté mi determinación. Ellos sabían que no era de hacer bromas, por lo que su única respuesta fue un simple «bueno», que parecía expresar su asombro ante tal inusual elección.

En la ESCOM, cada año se celebra una festividad especial por el día del estudiante llamada Estudiantina, donde los alumnos pueden participar en distintos números artísticos. Tras asistir a mi primera Estudiantina, decidí que al año siguiente me presentaría, bailando. A partir de ese momento, me entregué por completo a la búsqueda de estilos de baile hasta que un día un video encontrado en YouTube se convirtió en mi guía. Desde entonces cada tarde, después de almorzar, me retiraba a mi habitación a practicar durante horas.

Finalmente llegó el esperado día de la Estudiantina del año 2017 y cuando llegó el momento de mi presentación fue tremendo, es difícil de describir, pero en ese instante el miedo me invadió transformándose en algo paralizante. Consideré la posibilidad de no hacer nada, pero unos compañeros a los que siempre recordaré me alentaron: «¡Ponete esta máscara así nadie sabe quién sos!». Y así lo hice, con el rostro oculto, me paré en frente de todos y bailé. Aunque no existe registro en video, algo especial aconteció porque la noticia de mi actuación se propagó y como es propio de los pueblos pequeños, se corrió la voz.

Desde entonces, no dejé de practicar, y lo hice en el reducido espacio que tenía en mi habitación. A veces, me sentí muy solo, ya que era el único bailarín de este estilo en la ciudad y sin nadie que pudiera evaluar técnicamente mi desempeño. En más de una ocasión, la frustración me embargó al creer que mi progreso se estancaba. Pero esta es una historia con muchos matices, que compartiré en otro momento.

El nombre «Facu Feels» surgió tras subir un video a Facebook que generó diversas reacciones. Con el apoyo de mi familia, decidí crear mis redes sociales bajo ese seudónimo que inicialmente era «Facu Feels Dance». Desde entonces, cada vez que bailo, grabo un video y lo comparto con mi comunidad en línea.

Hoy en día, me siento profundamente agradecido con todas las personas que me reciben amablemente en cada lugar donde me presento. Sé que tengo un largo camino por recorrer y espero hacerlo de la mejor manera posible, creciendo en todos los sentidos. La pasión por la danza ha cambiado mi vida y estoy emocionado por el futuro que me aguarda en este maravilloso viaje.

Facu Feels Usina Vieja

En el año 2012, tras celebrar mi décimo cumpleaños nos mudamos en familia, a la encantadora ciudad de Rio Colorado, ubicada al noreste de la Provincia de Rio Negro. Allí, completé mi educación primaria y también la secundaria, la cual realicé en el Instituto Martinez Zuviría más conocido como Escuela de Comercio o ESCOM. El primer año en este establecimiento fue muy movilizador en todos los sentidos, pero lo más destacado sin duda fue una decisión que cambiaría todo para mí: decidí que quería bailar.

Esta elección llegó de manera inesperada, cuando un compañero de clase, bromeando, me dijo: «Facu, vos tendrías que bailar». No sé por qué, pero esas palabras se arraigaron en mi mente como si fueran una extensión de mi propio cuerpo. Sin haber contemplado nunca antes esa idea, ni haber presenciado actuaciones ni tener amigos o familiares relacionados con la danza, ni haber visto una academia de baile en la ciudad porque no habían, no lo dudé: «yo sería bailarín». Siempre recordaré la reacción perpleja de mis padres cuando les conté mi determinación. Ellos sabían que no era de hacer bromas, por lo que su única respuesta fue un simple «bueno», que parecía expresar su asombro ante tal inusual elección.

En la ESCOM, cada año se celebra una festividad especial por el día del estudiante llamada Estudiantina, donde los alumnos pueden participar en distintos números artísticos. Tras asistir a mi primera Estudiantina, decidí que al año siguiente me presentaría, bailando. A partir de ese momento, me entregué por completo a la búsqueda de estilos de baile hasta que un día un video encontrado en YouTube se convirtió en mi guía. Desde entonces cada tarde, después de almorzar, me retiraba a mi habitación a practicar durante horas.

Finalmente llegó el esperado día de la Estudiantina del año 2017 y cuando llegó el momento de mi presentación fue tremendo, es difícil de describir, pero en ese instante el miedo me invadió transformándose en algo paralizante. Consideré la posibilidad de no hacer nada, pero unos compañeros a los que siempre recordaré me alentaron: «¡Ponete esta máscara así nadie sabe quién sos!». Y así lo hice, con el rostro oculto, me paré en frente de todos y bailé. Aunque no existe registro en video, algo especial aconteció porque la noticia de mi actuación se propagó y como es propio de los pueblos pequeños, se corrió la voz.

Desde entonces, no dejé de practicar, y lo hice en el reducido espacio que tenía en mi habitación. A veces, me sentí muy solo, ya que era el único bailarín de este estilo en la ciudad y sin nadie que pudiera evaluar técnicamente mi desempeño. En más de una ocasión, la frustración me embargó al creer que mi progreso se estancaba. Pero esta es una historia con muchos matices, que compartiré en otro momento.

El nombre «Facu Feels» surgió tras subir un video a Facebook que generó diversas reacciones. Con el apoyo de mi familia, decidí crear mis redes sociales bajo ese seudónimo que inicialmente era «Facu Feels Dance». Desde entonces, cada vez que bailo, grabo un video y lo comparto con mi comunidad en línea.

Hoy en día, me siento profundamente agradecido con todas las personas que me reciben amablemente en cada lugar donde me presento. Sé que tengo un largo camino por recorrer y espero hacerlo de la mejor manera posible, creciendo en todos los sentidos. La pasión por la danza ha cambiado mi vida y estoy emocionado por el futuro que me aguarda en este maravilloso viaje.

Presentarme frente a mis compañeras, compañeros, docentes y personal de la escuela aquel día, fue un crucial para mí y esta foto es el único recuerdo tangible que conservo de ese instante. A partir de entonces, mi confianza y autoestima cambiaron para siempre. En las Estudiantinas de los años siguientes: 2018, 2019 y 2020 ya no fue necesario ocultarme tras una máscara y comparto aquí abajo los videos de esas actuaciones.

Facu Feels La primera vez que bailó en frente de otras personas en este cas en la escuela secundaria año 2017

Presentarme frente a mis compañeras, compañeros, docentes y personal de la escuela aquel día, fue un crucial para mí y esta foto es el único recuerdo tangible que conservo de ese instante. A partir de entonces, mi confianza y autoestima cambiaron para siempre. En las Estudiantinas de los años siguientes: 2018, 2019 y 2020 ya no fue necesario ocultarme tras una máscara y comparto aquí abajo los videos de esas actuaciones.

Facu Feels La primera vez que bailó en frente de otras personas en este cas en la escuela secundaria año 2017

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